Este artículo va dirigido como el autor remarca en varias ocasiones a todos esos idiotas que nacemos cada segundo, al ciudadano estándar que vive en la actual sociedad capitalista. A la mayoría de nosotros, los cuales, no tenemos una actitud crítica frente a toda la información que nos llega desde la publicidad, los servicios informativos...
El protagonista del artículo es P.T Barnum un emprendedor estadounidense del S.XIX al cual se le puede tachar de inmoral y sinvergüenza, si me preguntaran a mí, desde mi limitada opinión e información sobre dicho personaje diría que simplemente fue más listo que el resto.
Observó cómo se regía la sociedad de su tiempo y se aprovecho de ello. Al igual que por ejemplo los bancos o las multinacionales con su publicidad en la actualidad. Reiterando que mi opinión en muy limitada sobre el tema diré que en una cultura capitalista, ultracompetitiva y depredadora, no se les puede culpar ni a Barnum ni a los bancos o multinacionales de hacer lo que hacen, pues esta sociedad se rige por la obtención de beneficio para uno mismo, sin embargo si que se puede pedir responsabilidades al Estado, el cual debe proteger a sus ciudadanos erradicando las prácticas que realizaron y realizan los anteriormente nombrados y no fomentándolas.
Además del gobierno, también debemos buscar culpables del éxito de los anteriores, cerca mucho más cerca, en nosotros mismos. Barnum no obligó a nadie a visitar su decadente (moralmente hablando) espectáculo, ni los bancos ponen una pistola en la cabeza a nadie para que este acepte hipotecar su vida a cambio de comprar un piso, ni tampoco estamos obligados a comprar la crema definitiva, que nunca es definitiva ... Con esto quiero decir que el ciudadano de a pie actual, tiene capacidad (si quiere) y recursos suficientes para diferenciar entre la verdad y la mentira, entre lo que esta bien y lo que está mal. En definitiva tiene posibilidad de elegir.
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